-Caly, Caly vamos
despierta, no puedes hacerme esto- dije acariciándole el pelo.
Escuché una risa
conocida, una risa que venía de justo detrás de nosotras. Descansé la cabeza de
Caly suavemente en el suelo y me giré decidida. Allí estaba ella, con su
reluciente pelo rubio y su piel de un marfil que cortaba. Mirándome, penetrando
mis ojos como si de espadas se tratase. Respiré hondo, no podía pasarme de la
raya ni mucho menos irritarla lo más mínimo, no podía correr el riesgo de que
le pasara algo a Caly ahora que ella no podía defenderse. Me puse en pie.
-Aquí me tienes- le dije
decidida.
-Ya veo, al final no eres
la niñita cobarde.
-Déjala irse ya estoy yo
aquí ¿no? Era lo que querías.- le rogué.
-No me digas lo que tengo
que hacer, no eres nadie- me susurró al oído- Desde luego tu amiga se portó
mucho mejor que tu sobre todo cuando... ya sabes- lo decía todo pausado, dando
vueltas a mi alrededor, con una voz escalofriante. Tocando mi pelo, mirándome
fijamente.- Delaniah se divirtió con ella.-La ira me inundó, me volví y le
pegué un fuerte tortazo en la cara.
Lo siguiente ocurrió
deprisa, la chica tenía sangre en la mejilla y bastó el tiempo de darse cuenta
para empezar la pelea. Me empujó hacia una de las columnas dándome un fuerte
golpe, intenté luchar pero el golpe me dio en la cabeza y cuando levanté la
mirada una fina capa en mis ojos cortaba mi vista, me había hecho daño en los
ojos. Intenté escapar varias veces a tientas pero ella aprovechando a que yo no
veía nada seguía dándome golpes a diestro y siniestro. Pero paró, paró cuando
la voz de Nico resonó en todo el parking.
-No la vuelvas a tocar
Tara- gritó, después más golpes pero no a mí, entre ellos, gritos por parte de
Tara y lamentos desgarradores de los labios de Nico. Aún más voces, voces
masculinas y más gritos pero ahora solo eran de Nico, él estaba sufriendo y yo
como una inútil andando a ciegas entre las columnas. Cuando recordé una clase
rápida que tuve en mi antiguo instituto, para evitar los secuestros y las
agresiones, recordé que cuando te dan un fuerte golpe y afecta a la vista lo
mejor que puedes hacer es sentarte y esperar a que se te pase, andando lo único
que consigues es darte un buen porrazo. Cuando volví a ver y pude ver la
realidad de lo que estaba pasando a mi alrededor, me aterroricé.
Fue como el teatro de
marionetas que te da miedo de pequeña y le coges miedo para siempre, como ese
payaso al que siempre temes ver, como esa palabra que nunca quisiste escuchar.
Entonces me di cuenta, de que todos me lo advirtieron, todo el mundo me lo
dijo. Pero yo lo evadí, no me lo creía, para mi esa opción simplemente no existía,
no era una alternativa, yo nunca le di importancia, no me lo terminé de
imaginar, porque era mucho más fácil ir disfrazando los problemas en tan solo
malos momentos que pasaban rápido, pero no pensé en la brisa que vendría a
volver a destaparlos, todos juntos, en uno solo, ante mis ojos, mi padre.
me encanta tu historia! es maravillosa >.< espero que subas mas capitulos pronto!!!!
ResponderEliminarMuchaas gracias Lore, de verdad! subiré en cuanto pueda :) Un beso!
ResponderEliminarHola guapa!
ResponderEliminarQuería invitarte a mi blog de historias, acabo de terminar una y estoy escribiendo otras más, me encantaría verte por ahí.
http://iwokure.blogspot.com
Hola :) Me pasaré encantada !
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