Me quedé con su sonrisa de cal y esa pizca de luz que me hizo soñar de nuevo

El corazón tiene cuerdas que es mejor no hacer sonar. Charles Dickens.

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miércoles, 27 de julio de 2011

Página 43. Solo se que no se nada

Mi madre seguía con los ojos caídos, cuando yo ya creía que el silencio sería todo lo que iba a escuchar de su boca, comenzó a hablar.
-Eras tan bonita, y decir que ya casi tendrás 19- 13 de Enero, había olvidado hasta mi propio cumpleaños- ¿sabes? Cuando supe que estaba embarazada de ti, me asusté mucho e intenté abortar, hasta llegué a querer tirarme por las escaleras, pero un día te sentí darme una patada y entonces entendí que eras mi bebe, que no podía hacerte daño ni dejar que te lo hicieran. Yo tenía apenas 16 años cuando conocí a tu padre, él era un alma rebelde y yo lo vi todo en él. Todo fue muy rápido a tan solo un mes de conocernos ya te tenía en mi interior, él no sabía nada de mí, es decir, no sabía que yo era… lo que era- se trabó- pero yo tampoco se lo dije, nos mudamos a Dubái después de miles de discusiones con tus abuelos que por alguna razón él no les gustaba. Allí cambió mi vida, yo empecé a trabajar en una tienda dejando comenzar mi carrera como diseñadora y tu padre abrió la empresa, no era una vida ideal pero te tenía a ti. Antes, vivía rodeada de todo lo que yo podía querer, lo tenía absolutamente todo, mis padres estaban en el consejo, estaban en la élite de nuestro mundo y yo formaba parte de él. Cuando me mudé con tu padre lo perdí todo, quiero decir, todo. Me desterraron. Pero no me importó porque 6 meses después te tenía entre mis brazos. En ese momento sentí que lo tenía todo, una niña preciosa, una casa y un hombre al que amaba. Pero las cosas se torcieron, me comenzaron a llegar cartas y aparecían personas que querían llevarte con ellos, no lo entendía, tu padre no creía mis súplicas para ponerte a salvo, estaba sola. Hasta hace 2 meses cuando una chica, se presentó en casa me afirmó lo que yo pensaba, Sebastian, tu padre, me había estado mintiendo, él era un otro. Así que cogí mis cosas y salí de Dubái.
-Pero ¿qué pasa? Quiero decir, no me importa que papa sea un otro.- empecé a dudar.
-No te quiere, Alex. Nunca sintió nada por las dos, me eligió porque quería que tu fueses especial, que tu fueses una genim...
-El me echa de menos...-le corté. Aunque las dudas me asaltaron ¿Cuantas veces me había llamado en todo este tiempo? Ninguna.
-Alex... solo quería usarte para ellos, solo eso.
-¿Dónde está?
-No lo sé, le di una dirección falsa y un número falso, así que probablemente te esté buscando. Y te encontrará, lo sé.
-¿Pero cómo has hecho eso? Dios...
-Alex – le aparté la mirada- me cogió la cara entre sus manos y me dijo- tu padre no te quiere, no le importas.- me mantuve serena pero las lágrimas asomaron de nuevo.
-¿Y por qué elegiste este sitio?
-Aquí conocí a tu padre, aquí vivía yo antes de todo. Pensé en el pueblo porque yo estoy desterrada de aquí por lo que tu padre nunca pensará en Arrán.- me susurró quizás convenciéndome a mí o a ella misma.

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