Me quedé con su sonrisa de cal y esa pizca de luz que me hizo soñar de nuevo

El corazón tiene cuerdas que es mejor no hacer sonar. Charles Dickens.

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miércoles, 22 de junio de 2011

Página 38. Quiero cerrar los ojos

-No soy una persona Alex, soy... soy un animal, un bicho, un monstruo- me contestó.
-No, no Nico si fueses... un monstruo no me cuidarías como lo haces- me acarició la cara con unos ojos donde la luz se había ido.

-No sabes lo que daría por ser normal.

-No quiero que seas normal, si fueses normal no serías Nico- le afirmé.- ¿Por qué me intentaron secuestrar? ¿Quién era él?

-Zac, un antiguo demonio, que siguió al caído cuando todo empezó y que ahora sigue al artífice de todo esto. - me dijo, mientras en sus ojos se encendía la ira.- ¿Por qué te intentaron secuestrar? Alex, ¿tú de verdad no me has creído ni una palabra verdad? Eres única. No hay nadie como tú y te quieren porque saben que si te ponen en nuestra contra podrías hacer cosas de las que tú misma te sorprenderías. No solo eres una ''genim''...-
-¿Una qué?- le corté extrañada.
-''Genim'', así es como llamamos a los que son como tú. Tienes más en tu interior y puedes hacer muchas cosas, cosas buenas... y malas.
-¿Malas?
-Sí, te tienes que concienciar de que eres, aunque no quieras, de los dos bandos.
-Nico.
-¿Si?- me preguntó.
-No tengo opción ¿verdad?- y ojalá me hubiese dicho lo contrario.
-No – agaché la cabeza, asumiéndolo todo.- Vamos, no es tan malo como parece, ahora sabes la verdad. Y yo voy a estar siempre contigo.
-Promételo- le dije.
-Lo juro- y en sus ojos vi, que era verdad.
-¿Y ahora que vamos a hacer?- le pregunté.
-No sabemos quién es el líder que está llevando todo hacia delante, por lo que tienes que tener especial cuidado con las personas que conozcas a partir de ahora, puede que sean enviados por él o no.  Lo más importante en este momento es tu seguridad, por eso, no puedes contarle a nadie todo lo que te he dicho esta noche, porque te pondrías tu misma en peligro.- pensé en Noam y en cómo reaccionaría ante todo esto- De momento no vamos a hacer planes, mañana vas a actuar como todos los días. Y probablemente en una semana todo siga siendo como hasta ahora.
-¿Y después?- me estaba asustando.
-Cuando se enteren de que lo sabes querrán hablar inmediatamente contigo... entonces todo empezará.
-Tengo miedo- le dije.
-No tienes por qué, tienes a muchas personas que te quieren y que te esperan.
-Eso es lo que me da miedo- le confesé hundida en un abrazo de donde hubiese preferido no salir. Entonces le creí, le creí absolutamente hasta la última palabra y no sé hasta cuando mis ojos estuvieron perdidos en un mar de lágrimas, en donde si no hubiese sido por Nico, aún estaría ahogándome. Miré el reloj que marcaba las 8. Nico siguió mi mirada.
-Es tarde, debería de irme, tienes que dormir – me dijo. Yo me agarré aún más a él.
-No te vayas por favor, no quiero estar sola- le rogué. Me miró y me dijo.
-Me quedaré pero tienes que dormir.
Asentí y apoyada en su pecho, me quedé dormida. El sonido del despertador, me hizo abrir los cansados ojos Nico ya no estaba allí. Me había olvidado de desconectarlo, hoy no tenía clases y por una vez lo odiaba. Después de la fiesta de anoche pocos tendrían el cuerpo para aguantar 7 horas de clase. Me levanté de la cama porque no podía volver a conciliar el sueño, tan solo había sido abrir los ojos y ya pensaba en todo lo que pasó anoche. Baje abajo y mi madre aún estaba dormida, así que intenté no hacer ruido, el día era caluroso así que desayune fuera. Mientras lo hacía pensaba en cómo había cambiado mi vida en tan solo minutos. Sabía que algo no iba bien y todo esto lo explicaba. No te sabría describir como me sentía en ese momento, era todo tan extraño, ya no sentía las cosas igual, mejor dicho, me sentía fuera de lugar. Nunca era suficiente para ser feliz, es decir, nunca era del todo feliz, siempre pasaba algo, siempre había algún cambio. El silencio de la mañana me hizo reflexionar y pensé que era mejor saberlo todo de una vez y no, como había dicho Nico, seguir siendo un títere siempre. Lo que más me preguntaba era que papel tenían mis padres en esto, algo que aunque me daba miedo preguntar pero debía de hacerlo. Y sobre todas las cosas que papel tendría Noam si se enterase de todo. Unas manos suaves me taparon los ojos y un pequeño beso en la mejilla me hizo volver. Caly que me miraba con esos ojos brillantes a los que ya me tenía acostumbrada y Nico que con un bonito sombrero intentaba tapar su cara de preocupación no me dijeron nada solo se sentaron a mi lado y dejamos como acompañante al silencio.

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