Me quedé con su sonrisa de cal y esa pizca de luz que me hizo soñar de nuevo

El corazón tiene cuerdas que es mejor no hacer sonar. Charles Dickens.

Pages

viernes, 4 de marzo de 2011

Página 33. A todos nos gusta la fiesta, a algunos demasiado

A veces me entraba una rabia tan grande... al no poder desahogarme del todo con Caly, ella solo sabía una parte de la historia le había contado que había sentido algo muy fuerte por Noam pero que él lo rechazó, sin duda algo muy diferente a lo que realmente pasa. En algunos momentos iba decidida a contarle todo pero me saltaba ese miedo a que me creyese por loca, se riese o lo peor de todo, que se fuese. Y ya había perdido a bastantes personas en tan poco tiempo. Cuanto más nos acercábamos al instituto más se notaba la tranquilidad en el ambiente, sin libros, profesores, ni presiones.
Las primeras horas se me hicieron eternas y apostaría que a los demás también. Se dedicaron a contarnos en la sala principal el transcurso del director por el instituto, los alumnos que habían pasado por aquí, los nuevos o los que nunca se fueron. Un largo discurso sobre cómo hacer del instituto algo productivo y poco más. Casi iba a caerme del sueño cuando Caly sentada a mi derecha me pasó una nota.
'' Siento mi comentario de antes sobre Noam, sé que no lo has pasado muy bien con ese tío.
Pd: vaya discurso''-intenté pasarle la mía con cuidado de que la señora Berguer, profesora de matemáticas no me viese.

'' No te preocupes yo también fui algo borde, pero es que ese tema me toca la moral. Pd: que va a mí me está encantando. ''

'' Vale, asunto cerrado, menos mal que es lo último que nos toca escuchar...luego ¡FIESTA! ''- me pasó la última nota intentando contener la risa.

Cuando tocó el timbre al director no le dio tiempo de cerrar el discurso que ya nos habíamos ido. Fue como una avalancha humana de esas que se forman en las rebajas de verano si no que esta era de ansias de fiesta. Bajamos las escaleras seguidas de Amber, que apenas había notado el discurso ya que estaba pegada a un pequeño espejo. Ella al contrario que todos ya venía vestida de su casa, con un impresionante vestido rojo que le resaltaba los grandes ojos negros que tenía, pasó derrochando arrogancia a nuestro lado. Caly y yo entramos en los vestidores del equipo de natación, me metí en el último compartimento y me puse la ropa, por suerte mi madre me había ayudado a arreglarme el pelo que yacía liso y delicado en mi espalda. Al salir de los vestidores, ya subiendo las escaleras hasta la planta principal Caly se frenó en seco.
-¡No, no, no!- gritó rebuscó en un pequeño bolso rosa que llevaba colgado.
-¿Qué pasa?
-Me he dejado el móvil en los vestidores, espera aquí- me pidió cuando ya iba por la esquina. Creía imposible que se le olvidase algo, esa Caly que enfundada en un vestido de gasa rosa corría pasillo abajo casi matándose por el camino.
Me senté en un banco al lado de unas cristaleras enormes. Pasaron minutos y más minutos, pero Caly no aparecía. Así que decidí esperarla en el patio que estaba justo en la puerta de la fiesta. Me senté en la vieja fuente que rodeada de árboles estaba casi abandonada. Empecé a pensar que estos bailes o fiestas en Dubái no existían, allí era todo muy diferente los institutos era solo para estudiar y los profesores estaban allí para mirarte y pagar contigo sus penas. Un ruido en unos matorrales me sobresaltaron. Pero Nico salió de ellos como si de un ángel se tratase, con unos vaqueros ajustados y muy despintados, un chaleco verde a rayas, una corbata torcida a juego y su pelo rozándole las largas pestañas que él tenía, con el sol sus ojos casi tocaban un tono inexistente.
Y como no su sonrisa.
-No lo entiendo – dijo acercándose a mí.
-¿Que no entiendes?- me tendió su mano haciéndome girar.
-Como una preciosidad puede estar aquí sola y abandonada.
-Bueno... ya no estoy sola ¿no?- insinué.
-Es verdad ¿dónde está Caly?- preguntó mirando a mi alrededor.
-No busques, parece que se le olvidó el móvil y fue a buscarlo. Y luego se olvidó de que yo la esperaba.
-Y tú te quedas aquí ¿no?- me preguntó levantando las cejas.
-Sí, pero creo que voy a entrar ya me voy a perder la fiesta entera- me levanté poniendo en su sitio el top. Se me quedó mirando con esa mirada que te dejaba sin respiración, pero al fin y al cabo era Nico. El también empezó a pelear con la corbata que no conseguía ponerse derecha. Le ayudé, había puesto muchas corbatas a mi padre cada vez que tenía alguna reunión. Con su aliento acariciándome los ojos le dije:
- Estás muy guapo.- empezó a reírse.
-Y tu muy sexy- rompí a reírme, terminando con su corbata.
-¿No podrías decir guapa?
-No, tú estás sexy.- di el visto bueno a su corbata y entramos.
Eso era una locura, el gimnasio se había convertido en una gran pista de baile donde todos movían sus cuerpos, algunos parecían que se iban a romper. Apenas se veía nada, habían cerrado las cortinas y cientos de luces de colores adornaban todo, al ritmo de una rubia imitación de Katy Perry en el escenario donde intentaba llegar a sus acordes, pero supongo que no importaba quién cantase solo que hubiese música. A partir de ahí toda la noche pasó rápida, nos reunimos con el resto al parecer Caly había encontrado compañía con Minos, ya que a su alrededor solo se veían manos, una locura. Cuándo se dio cuenta de que los miraba salió corriendo y me dio un gran abrazo susurrándome al oído ''sal fuera''. Antes de salir Nico me agarró del brazo.
-Me debes un baile.
Que chico. Esquivé a cientos de personas que balanceaban sus cuerpos a mí alrededor. Caly estaba sentada donde hace unas horas yo estaba hablando con Nico. La noche ya había caído, me senté con ella, que miraba a la luna con unos ojos cristalinos.
-¡Ah!.. Alex- suspiró sin mirarme.- tengo que hablar contigo.
-Tú dirás.
-Le gustas- me dijo al fin mirándome a los ojos.
-¿Que?
-Nico- caí en la cuenta. Yo había entrado con él en la fiesta. Intenté hablar pero no me dejó.- calla, no pasa nada Alex, yo ya había perdido la esperanza pero al menos no ha sido con Amber, ella no lo hubiese soportado. Nico es un buen tío, no le hagas daño. Además parece que le gusto a Minos... ¿te imaginas?, siempre ha estado a la sombra de Nico y creo que se merece al menos una oportunidad. El caso es que elijas bien y que me lo cuentes todo ¿vale?... Ahora me dirás que Nico no te gusta y si, es verdad puede que no, pero tus ojos no mienten Alex y no es un chico más en tu vida, yo lo sé y creo que tú también.- no sabía que decirle, le miré y unas gotas asomaban preparadas para salir en sus ojos, al minuto mis ojos copiaron los suyos. Lo que Caly no sabía era que yo no lloraba por sus mismos motivos, lloraba porque todos se me venían encima y todo el mundo parecía no darse cuenta. A la porra el maquillaje. Le di un abrazo y esas gotas se convirtieron en lágrimas.- somos tontas, mira el maquillaje- dijo apartándose y dándose debajo de los ojos tenía marcas negras.- venga vamos dentro quiero bailar.
-¿Estás segura?- le pregunté cuando ella ya estaba levantada.
-Claro- y con esto se volvió a meter en la fiesta.
A mí en cambio se me habían quitado las ganas de fiesta. Así que volví por el camino del bosque a mi casa donde siempre tenía tiempo para pensar.

2 comentarios:

  1. Hola, me pasado por aquí, vi tu invitación en Tuenti.
    Escribes bastante bien, y relatas con soltura. seguro que si sigues trabajando de esta manera que tanto te gusta, lograras metas insospechadas. Trata de ser siempre original y darle a tu historia, por normal que sea el tema, ese toque personal que no tengan otras, no sé si me explico. De cualquier forma tienes lo que hay que tener para escribir versatilidad.
    Un besito y sigue así. =))

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por pasarte y dejarme tu opinión, personas como tu hacen que yo escriba mejor cada día. Espero que sigas leyendo mi historia y que me sigas dando tu opinión. Y gracias por darme animos.
    Un abrazo Y de nuevo, Gracias :)

    ResponderEliminar