Me quedé con su sonrisa de cal y esa pizca de luz que me hizo soñar de nuevo

El corazón tiene cuerdas que es mejor no hacer sonar. Charles Dickens.

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viernes, 18 de febrero de 2011

Página 30. Pasado

Después de las lágrimas amargas Nico me quiso enseñar su pasado.
-Ven te voy a enseñar algo- me ayudó a levantarme y sacó una caja azul de debajo del armario, después nos sentamos en la cama. Abrió la caja y dentro había fotos y fotos. Se sentó algo más atrás que yo y sus brazos me rodearon, para ver las fotos. Sacó una en particular, en la nieve, Nico y un chico moreno pero con los mismos ojos que él. Los dos intentando tirarse a la nieve y Nico riéndose como nunca lo habían visto. Luego me enseñó otra en la que tenían la cara llena de tarta, de un cumpleaños. - se llamaba Jairo y tenía 10 años cuándo murió, solo se llevaba conmigo dos años. Éramos tan diferentes, él siempre era el gracioso, el que a todo le veía algo bueno- le escuchaba atenta, ya que no podía mirarle porque estaba detrás.- nunca nos enfadábamos, recuerdo que hacíamos travesuras a todas horas. Me acuerdo que una vez le llenamos la cama de nata a mi padre, al final terminamos todos blancos. Mi madre se enfadó muchísimo pero acabó llenándole la cara a mi hermano. Le echo tanto de menos...- le cogí la mano y se la apreté y noté como sonreía. Estuvimos horas mirando fotos, recuerdos de su vida, anécdotas de viajes, travesuras y de momentos felices. Unas veces se reía otras, las lágrimas le abordaban sus ojos, en momentos nos rozamos las manos, la cara...Y terminamos de ver todas las fotos.
-Bueno, creo que ya es tarde. Tengo que irme. Nos vemos mañana en el instituto ¿no?- le pregunté.
-Claro.- bajamos las escaleras y no hubo rastro de Max.
-Lo he pasado bastante bien- le di un beso en la cara- muchas gracias.
-Que dijimos...
-Yo no he dicho nada jajaja
-Tienes que volver eh.
-Sí, no podría estar mucho tiempo sin Max jajaja
-Ni el sin ti, es difícil te lo aseguro
-Adiós
-Adiós
Escuché el sonido de la puerta cerrar y salí de casa de Nico. No quería volver a casa pero era tarde y mi madre estaría preocupada. Conforme me acercaba a mi casa, más rápido se hacía de noche. La luna ya asomaba y las nubes también, esa noche no iba a haber estrellas. Llegue a casa y mama me dijo que Caly había llamado, así que me adentré de nuevo en el huracán Caly.
-Caly me dijo mi madre que me habías llamado – le dije.
-¡Si! Escucha tengo una noticia que te va a gustar. Mañana en el instituto no habrá clases normales. Hay fiesta...
-¿Fiesta? - le corté.
-Déjame terminar impaciente – me riñó – mañana se celebra el aniversario del director, las 3 primeras horas serán colectivamente con los profesores. Ya sabes actividades en su honor y todo ese rollo. Pero a las 12 el instituto es todo nuestro y tienes que venir vestida para la ocasión.
-¿Y a estas horas me lo dices?- no tenía tiempo.
-Chs escucha no te desesperes, la fiesta no tiene un tema en concreto solo que se prefiere evitar las faldas largas, pantalón de campana, rebecas... ya sabes lo de siempre.
-Caly, no tengo ni idea de que ponerme – me iba a morir.
-Ya lo sé y ahí es donde entro yo, escucha mañana a las 7 estoy en tu casa a sí que duérmete tempranito así mañana no tienes sueño.
-Dirás mala cara ¿no? - le insinué.
-jajaja eso, hasta mañana.
-Hasta mañana.

Una fiesta, aunque en realidad tenía ganas de pasármelo bien, me enfadaba no poder dejar de pensar en esa chica que me perseguía día y noche, dormida y despierta. En como todas las personas que yo creía que me ayudarían se fueron corriendo y olvidándolo todo. Aunque apenas entendía yo nada, así que no podía esperar que ellos lo hicieran... Me tendí en mi cama y me quedé allí mirando al techo sin pensar en nada. Haciendo que el sueño volviese a mí.

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