Cada día me convencía más
de que mi madre me había traído con ella para ser una decoración más en esta
casa tan grande. Subí a mi habitación para darme un baño e intentar relajarme
un poco, pero antes de eso cerré la puerta principal con llave. Tenía suerte de
tener una habitación con baño propio con esto me ahorraba millones de
discusiones con mi madre, entré en el baño por primera vez ya que no me había
dado tiempo antes, lo primero que me llamó la atención fue la gran bañera que
había en el centro de él, rodeada de paredes con pequeños azulejos que formaban
un bonito mosaico. Abrí el grifo de la bañera para que se fuese calentando el
agua y cogí algo de ropa… nada especial, una camiseta verde a rayas que más que
una camiseta parecía un vestido y mis zapatillas. Cerré la puerta del baño y me
mire en el espejo… nunca me había considerado una chica guapa, tenía unos pelos
negros y ondulados que provocaban peleas conmigo misma a la hora de peinarme,
unos ojos grandes, celestes y con dos abanicos de pestañas sobre ellos, por lo
demás era una chica bastante normal, una nariz pequeña al igual que mi boca y
un cuerpo también normal, mi padre siempre me decía que antes de todo intentase
tener un buen corazón, y lo intentaba. Es verdad que siempre había sido buena
chica , no contestaba de mala manera , estudiaba ( hasta que mi cabeza decía ,
no ) , ayudaba en casa y todo lo que las ‘chicas buenas’ hacían , pero no era
tonta , también sabia tener ese punto de maldad que hay que tener en la vida
diaria para que no te pisoteen , sabia tomar mis decisiones sola y me sentía
una chica segura de mi misma .
Me
metí en la bañera con el agua casi hirviendo, me gustaba mirar como las gotas
de agua hacían carreras por mi cuerpo para llegar a rincones donde nadie había
llegado nunca, acariciando mis brazos, piernas y mi cara, también me gustaba
mirar como el vapor subía hasta el techo y empañaban todos los cristales de la
habitación. En ese instante escuché un fuerte ruido abajo, apagué el grifo y me
quedé quieta para intentar escuchar mejor lo que pasaba, volví a escuchar el
ruido. Rápidamente me salí de la bañera y me puse la camiseta que empapé al
segundo. Mientras me decidía si bajar o no, salí a mi habitación y volví a
escuchar el sonido esta vez más cerca, en el recibidor. Al final abrí la puerta
de mi habitación y me asomé a las escaleras.
-¿Mama?
– Grité con fuerza más por aplacar mi miedo que por llamar a mi madre.
Nada,
absolutamente nada me contestó, solo se escuchó otro ruido en el salón, bajé
las escaleras, por suerte estaban las luces del recibidor y el salón
encendidas, vi una sombra en el salón y decidida entré, para mi sorpresa lo
único que vi fue a una chica vestida totalmente de negro y encapuchada a la que
en solo dos segundos le dio tiempo de mirarme con unos ojos casi blancos, salir
por la ventana y por supuesto ponerme la piel de gallina. Me quede allí clavada
en el suelo, congelada y con muchísimo miedo. Cuando reaccioné a los 10 minutos
cerré la ventana y vi una nota en la mesa, no quería leerla pero mi mente me
pidió que lo hiciera ‘27 de noviembre, es nuestra’. El corazón casi se me sale
del cuerpo, ¿27 de noviembre?, ¿Qué significaba eso? , ¿Qué hacia esa chica en
mi casa? De pronto escuché la puerta principal y casi me desmayo al escucharla,
cogí la nota y lentamente me acerque para ver quién era, pero solo me encontré
a mi madre. Me relajé al verla, pero no quería contarle nada de lo que había
sucedido, a pesar de todo no quería preocuparla, pero mi enfado de antes se
volvió a accionar cuando la vi.
-Alex,
¿qué haces mojada aquí abajo? Lo estás poniendo todo perdido – me dijo,
mientras dejaba su bolso en el perchero, era increíble la rapidez con la que
nos habíamos instalado en la casa.
-Nada…ehh
escuché algo aquí abajo y vine para ver lo que era – en parte era cierto.
-Jajaja
mi pequeña guerrera, pues déjame decirte que solo era yo – su risa hizo eco en
la casa, pasó a mi lado y me dio un beso en la frente – vamos sube y termina de
ducharte.
-Si
Subí
lentamente las escaleras, quería creer que todo había sido un sueño, pero no,
no lo había sido. Me terminé de duchar y me acosté a dormir, pero antes guardé
la nota en la mesita de noche, antes de volver a leerla.
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