Me quedé con su sonrisa de cal y esa pizca de luz que me hizo soñar de nuevo

El corazón tiene cuerdas que es mejor no hacer sonar. Charles Dickens.

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viernes, 24 de septiembre de 2010

Página 17. ¿Niñero?

No podía con este chico, no podía, un día estaba odioso y otro día todo lo contrario, le aconsejaría un siquiatra porque ni él mismo se ponía de acuerdo. No sabía lo que le pasaba, parecía como si yo tuviese la culpa de un problema privado que tenía en su mente. Insoportable. Podía enfadar a cualquiera, pero eso estaba solucionado, no volvería a hacer de ‘niñero’ conmigo, no se lo iba a permitir a mi madre, lo conocía de dos días y no me iba a morir por no verlo o cualquier cosa. De hecho si él se las daba de despreocupado yo también sabía hacerlo. Entré en la cocina suspirando y meneando la cabeza de lado a lado. Caly se dio cuenta:
- ¿Todo bien? – preguntó con un tono acelerado.
- Perfecto, era el hijo de un amigo de mi madre. Ya se ha ido.- dije mientras llevaba el arroz a la mesa - ¿comemos?
- Mmm huele bien –dijo como si fuese un animalito buscando comida y se sentó junto a mí.
- ¿Os lleváis bien? – me preguntó, cogiendo a la vez otra gran cuchara de arroz, la verdad es que mi madre se había lucido.
- ¿Quién? – como si me hubiese despertado de la nada, le pregunté, la verdad no había pillado a quien se refería, últimamente andaba cortita de reflejos.
- El chico y tú –Noam… de momento se vinieron a mi mente sus ojos… pero los borré a la milésima de segundo.
- Simplemente no nos llevamos. – era la verdad, no nos llevábamos ni bien ni mal, con él era una montaña rusa, todos los días. Lo mismo gritabas por la adrenalina que llorabas porque te tenías que bajar.
- Parece que te pone algo… - lo dejó en el aire como si este estuviese dispuesto a contestarle.
- ¿Enfadada? ¿Sacada de quicio? ¿De mala leche? – y podía escribir una biblia.
- Nerviosa - ¿nerviosa? Claro que me ponía nerviosa, pero no de la manera en que ella pensaba, al menos eso quería yo.
- No, estoy segura que es de mala leche – le llevé la contraria e intenté cambiar de tema – he pensado lo de esta noche… y voy a ir.
- ¿De verdad? – de la sorpresa soltó hasta el tenedor.
- Claro, ya no me siento tan mal. – era cierto, y no quería estar aquí cuando llegase mi madre.
- ¡Gracias, gracias, gracias!- canturreó.
- Jajaja oye cambiando de tema, ¿Qué me pongo?- de mi boca salió un grito ahogado, con un tono de dramatismo, fingido claro.
- Jajaja Pues no sé lo que me voy a poner yo, ¿crees que voy a saber lo que te vas a poner tú?
- Deberías – le reproché.
Y tras esto terminamos de comer volviéndome a dejar tal y como me encontró. Sola.

1 comentario:

  1. O.O
    GENIAL¡¡!!
    Me encanta,me encanta, me encanta...
    CADA DÍA ME ENCANTA MÁS¡¡!!

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