Me quedé con su sonrisa de cal y esa pizca de luz que me hizo soñar de nuevo

El corazón tiene cuerdas que es mejor no hacer sonar. Charles Dickens.

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domingo, 26 de septiembre de 2010

Página 18. La hoguera

Hacía frío así que decidí abrigarme y evitar volver a casa hecha cubitos de hielo. Al final me decidí por un vestido de rayas negras y marrones, de mangas cortas, pero por supuesto me puse una camiseta de mangas largas y cuello alto debajo, unos leotardos lisos marrones y mis botas marrones. Estaba calentita que era lo que contaba. Me fui al espejo del cuarto de baño y me alborote los pelos… cuando tuve una idea. Empecé a buscar en mi armario y lo encontré, mi gorro y mis guantes, era increíble como cambiaban las temperaturas aquí, de día podías perfectamente estar en mangas cortas pero de noche no eras capaz de salir sin una bufanda, de hecho también cogí una. Ya vestida, bajé abajo y le dejé una nota en el frigorífico pegada a mi madre ‘He ido a dar una vuelta con una amiga no llegaré tarde, te quiero’. Cogí las llaves y salí fuera. Hacía bastante frío incluso de mi boca salía humo blanco. Ya era de noche y la verdad, tenía miedo. Salí al camino, por donde cogía para ir al instituto, lo tenía que seguir hasta que viese una entrada al bosque. Metí las manos en los bolsillos del vestido y aceleré el paso. El bosque daba realmente miedo, los árboles no tenían el verde de por la mañana y estaba totalmente oscuro, se escuchaban ruidos por todos lados, por aquí parece que les daba morbo divertirse en el bosque sintiéndose vigilados todo el tiempo. Seguí acelerando el paso en medida que aumentaba mi miedo, hasta llegar a la entrada de la que me habló Caly. Subí un camino empinado y con muchas piedras en el suelo, que me hicieron tropezar muchas veces antes de llegar arriba. Ya allí se escuchaba la música y las voces de todos los que estaban allí. Empecé a buscar a Caly, pero nada. No la encontraba con tanta gente.
- No ha llegado todavía – reconocí la voz, justo detrás mía. Nico. Me volví hacia él.
- ¿Todavía no? – pregunté, yo había llegado tarde… deberían ser las 10 ¿Dónde estaba?
- No, pero estará al llegar. Hoy no has venido al instituto – me dijo mientras nos acercábamos a un grupo.
- Ya… tuve una mala noche y no me sentía bien – no tenía por qué explicarle nada más.
- ¿Pero ya estas mejor no?- Si estaba aquí se suponía que si ¿no?
- Si – respondí, bastante cortante.
- Ven te voy a presentar a unas personas – me pasó el brazo por encima de los hombros, sin saber que tenía dos opciones, o lo quitaba el o se lo quitaba yo.

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