Me quedé con su sonrisa de cal y esa pizca de luz que me hizo soñar de nuevo

El corazón tiene cuerdas que es mejor no hacer sonar. Charles Dickens.

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viernes, 24 de septiembre de 2010

Página 16. Guapo e imbecil

Salí de la casa por la puerta de atrás y allí estaba él poniendo no sé qué en la ventana del salón. Vestido totalmente de azul, tenía unos pantalones llenos de bolsillos y una camiseta ajustada, y como no los pelos alborotados, como siempre.
-Podrías llamar antes de entrar en mi casa ¿no?- ni me miró.
-Podría.-siguió con lo que estaba haciendo.
-¿Pero?
-Pero nada- me miró y puso cara de ¿qué me cuentas?- encima de que vengo para ponerte segura me echas de esa manera…
-¿Ponerme segura?- le pregunté
-Si, tu madre me dijo que pusiese un cerrojo a esta ventana.
-Amm…- no sabía que contestarle, esa era la ventana por donde entró la chica la otra noche, pero mi madre se supone que no sabía nada ¿no?
-Veo que estas con una amiga- había visto a Caly.
-Sí, se va a quedar a comer conmigo – ¿por qué le daba explicaciones?
-Mejor así no tengo que hacer otra vez de niñero – me dijo, totalmente serio, sin mirarme.
-Viniste porque quisiste, en ningún momento te dije que te quedaras – le dije, desinteresada.
-Vine porque tu madre me lo pidió – hablaría de eso con mi madre, ¿Cómo podía ser tan odioso?
-No te preocupes, no te haré sufrir otra vez, mi madre no te lo volverá a pedir.- le dije, quería que eso que le había dicho le sintiese como una patada en el estómago.
-Mejor, ya vendré luego a terminar esto – se levantó, sin dirigirme la mirada y se fue.
Y en ese momento recalqué mi teoría, no todos los guapos son imbéciles. Pero Noam si lo era.

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