Cuando llegué al coche no era mi madre quien conducía, para mi
sorpresa era Noam. Y esta vez sí llevaba camiseta. Puse la maleta en el
maletero y me monté en el asiento del copiloto, me puse el cinturón y nos
dirigimos a casa.
-¿Qué tal el primer día? – me dirigió una mirada
rápida, luego volvió a mirar a la carretera, tenía una mirada algo apagada.
-Muy bien, gracias – el silencio le estaba ganando
la batalla - ¿Tu no estudias?
Una sonrisa se le dibujó en la cara, parece que lo que le dije le pareció gracioso.
-Terminé el instituto hace un año y me estoy tomando unas pequeñas vacaciones – su sonrisa no se perdió.
Una sonrisa se le dibujó en la cara, parece que lo que le dije le pareció gracioso.
-Terminé el instituto hace un año y me estoy tomando unas pequeñas vacaciones – su sonrisa no se perdió.
-Mmm…Oye quería hablar contigo- me giré hacia él,
al menos lo que me dejó el cinturón
-Si, dime – siguió con la vista clavada en la carretera.
-Si, dime – siguió con la vista clavada en la carretera.
-Perdona a mi madre por lo de ayer.
-No pasa nada, se alteró al ver tu brecha.
-Ya, pero te trató mal y te fuiste…
-Está todo olvidado – me cortó.
-Vale.
-Bueno ¿y cuantos corazones has robado hoy? – me miró durante unos segundos.
-Robar corazones ¿yo? , no me va eso…
-Bueno ¿y cuantos corazones has robado hoy? – me miró durante unos segundos.
-Robar corazones ¿yo? , no me va eso…
-Ah ¿no? Mmm yo no lo diría – empezó a reírse,
este no era el Noam que conocí ayer me debería de haber equivocado.
-Amm ¿y qué dirías tú?
-Pues diría que entonces los robas sin darte
cuenta – vale eso no me lo esperaba.
-Jajaja sigo diciendo que no – creo que me puse colorada.
-Jajaja sigo diciendo que no – creo que me puse colorada.
-¿Cabezona eh?
-¿Yo? Que va – lo miré y empezamos a reírnos, vaya
esta conversación hubiese sido impensable ayer.
-Hoy tu madre no come contigo, ha ido con Zachary
al pueblo y llegará tarde – no me sorprendía eso, por mi cara se debió de dar
cuenta.
-No te sorprende eh.
-No mucho, tampoco me molesta estar sola. – miré
por la ventanilla ya estábamos llegando.
-¿Quién ha dicho que vas a estar sola? – no creía que iba a decir eso, podría compadecerse de mi diciéndome que no pasaba nada pero ¿eso? – Yo me quedo contigo, jaja ¿y esa cara?
-¿Quién ha dicho que vas a estar sola? – no creía que iba a decir eso, podría compadecerse de mi diciéndome que no pasaba nada pero ¿eso? – Yo me quedo contigo, jaja ¿y esa cara?
-¿Conmigo? No gracias. – no tenía ganas de estar
enfadada.
-¿No gracias? No sabes a lo que renuncias chica, de todas maneras me voy a quedar.
-Hui si me pierdo una cosa…- puse los ojos en blanco.
-¿No gracias? No sabes a lo que renuncias chica, de todas maneras me voy a quedar.
-Hui si me pierdo una cosa…- puse los ojos en blanco.
-¿Te habían dicho alguna vez que eres muy siesa? –
¿Y ahora de que iba?
-¿Te habían dicho alguna vez que eres insoportable?- intenté poner un tono superior pero no funcionó.
-¿Te habían dicho alguna vez que eres insoportable?- intenté poner un tono superior pero no funcionó.
-Mmm algo parecido – su sonrisa me ponía nerviosa.
-¿Algo parecido?
-Sí, me han dicho que soy insoportablemente guapo
– vale, me quede alucinando ¡Viva el egocentrismo!
-Debería estar ciega.
-¿Por qué pones por hecho que ha sido una chica? –
paró el coche y se quitó el cinturón, luego me miró con unos ojos traviesos y
con una sonrisa de la que tuve que apartar la mirada.
-Y lo vuelves a hacer…
-¿El que, ponerte nerviosa? – no le iba a dar el
gusto.
-No, incordiar – Salí del coche dejándolo allí.
Imbécil. Incordiante. Pero el único que me había
sacado una sonrisa desde que llegue.
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