Antes de nada, eché un
vistazo atrás mirando la plaza que aún seguía silenciosa, oscura y adormecida.
Mientras más tiempo me quedaba quieta más insoportable se iba haciendo el frío
e inevitable el vaho que desprendían mis labios. Una puerta a la sombra de un
gran edificio lleno de ventanas con periódicos pegados a los cristales. Según
Nico esta era la puerta que conducía a los sótanos. Nos acercamos aún más y lo
primero que vi fueron unas anchas escaleras que me llevaban hacia abajo. Me
dispuse a entrar cuando Nico me frenó.
-Es mejor que yo entre
por detrás, buscaré una puerta o una ventana, si te ven conmigo pueden empezar
una pelea o algo peor- me dijo.
-Está bien, pero ten
cuidado, mantente cerca – asintió y tras un ligero beso en la frente,
desapareció.
Ahora me tocaba a mí.
Avancé silenciosa por las escaleras tentando a ciegas para no resbalar, cuando
las escaleras terminaron llegué a un especie de parking subterráneo. Allí había
5 o 6 fluorescentes con una luz intermitente que le daban un aire tétrico al
sitio. Entré. A ambos lados, una hilera de columnas que se alzaban hasta el
techo. No más. Comencé a avanzar poco a poco por el parking cuando la escuché
gritar. Era ella, sin duda alguna era Caly. Su grito había salido del fondo del
sótano, un grito ahogado. Empecé a correr y a mirar a todos lados, el mareo iba
en aumento cuando vi algo a unos metros de mí. Algo justo debajo de un foco,
que con una brillante luz no dejaba ver más que una leve silueta y su sombra
que se extendía medio metro a su lado. Me quede quieta, mis pies se
paralizaron, cuando entendí, que aquella sombra no era más que su sangre.
Mis pies respondieron y
corrí con todas mis fuerzas hacia ella, al llegar una sensación de horror me
invadió. Caly totalmente ensangrentada, estaba sentada y atada a una silla de
madera. Me miraba con unos ojos de urgencia que intentaban decirme algo, que yo
no lograba entender. Le intenté desatar las cuerdas de las muñecas pero fue
inútil, el temblor de mis dedos no me dejaban ni siquiera moverlos. Tenía una
mejilla ensangrentada, con un corte que me provocó nauseas, era profundo, uno
de los ojos amoratado y no sé cuántas heridas más que descansaban en su cuerpo.
-Caly, Caly venga vamos mírame,
no dejes de mirarme – le dije cuando noté que sus ojos iban fallando- venga te
sacaré de aquí, pero no tienes que dejar de mirarme ¿vale?
-Alex...- me susurró.
-Chs... No hables solo mírame.-
le dije mientras intentaba desatarla de nuevo.
-Alex no...
-Vamos aguanta solo un
poco – la tensión me estaba ganando esta batalla y los dedos me fallaban.
-Él está aquí Alex...
-¿Quién Caly, quien está
aquí?- le pregunté alarmada. Ella me miró fijamente.
-Tu padre.
es precioso me encanta
ResponderEliminarGraacias :)
ResponderEliminarMe encanta como escribes!
ResponderEliminarUn beso! Pasate por mi blog:
http://cuandoanochecenlaciudad.blogspot.com
GRACIAS! ^^
Me paso :)
ResponderEliminaraghh me encanta el capitulo que interesantee!! :) sigue asi
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te guste :) El sabado subiré el próximo! Gracias por comentar ! :)
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