Me quedé con su sonrisa de cal y esa pizca de luz que me hizo soñar de nuevo

El corazón tiene cuerdas que es mejor no hacer sonar. Charles Dickens.

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jueves, 8 de septiembre de 2011

Página 49. No me mires así, porque sabes que creeré todo lo que digas

Quizás no quiero saber la respuesta a esas preguntas. Difícil encrucijada la del amor... Una fría brisa me caló los dedos de los pies, y gracias a ese frío recordé a Caly, su imagen vino a mi mente. No sabía que hacer así que tras pensarlo mucho, decidí contárselo a Nico.
Ya que si me escapaba no llegaría muy lejos. Eran ya casi las 3 de la tarde y de nuevo una brisa me alborotó los pelos, al intentar cogerme una cola me di cuenta de que el colgante no estaba. Recordaba habérmelo puesto antes de subir a la azotea. Al entrar de en la habitación y mirar un poco, en la esquina de la cama escondido de todo estaba mi colgante. Fui a ponérmelo cuando escuché a Nico moverse así que me lo metí en el bolsillo. Me senté a su lado y le pasé la mano por la frente, estaba congelado.
-Hola – me susurró- me he quedado dormido ¿verdad?
-Si ¿tienes frío?
-No, no te preocupes – dijo incorporándose- ¿y tú has dormido algo?
-No, cuando te dormiste me puse a recoger esto y me senté un rato ahí fuera – dije fingiendo una sonrisa.
-¿Cómo estás?- me preguntó acariciándome la cara.
-Bien, mal... no lo sé, es todo tan extraño y hoy casi te pierdo y... uf...- me trabé en mis propias palabras.
-Estoy aquí ¿no?
-Ya... y quería hablarte de otra cosa, antes en la azotea cuando estuve con ella... me dijo algo.
-¿Que te dijo?
-Tienen a Caly, en un subterráneo de la ciudad y quiere que vaya... si no voy la matarán Nico.
-Es una trampa- me dijo muy seguro de sí mismo.
-¡No me pienso arriesgar a que no lo sea Nico!
-Podemos pedir ayuda y que vayan ellos, tienes que estar a salvo ¿no lo entiendes? No te puede pasar nada Alex.
-¿Y tú no entiendes que la matarán si los ven aparecer?- me estaba poniendo nerviosa y las voces iban a más.
-No vayas Alex, por favor... yo no puedo acompañarte y si te pasa algo... Es un sitio oscuro…
-¿Te da miedo la oscuridad?
-Vamos Alex sabes de lo que te hablo, no puedo entrar en sitios donde ellos estén o hayan hecho algún conjuro o quien sabe que...
-No me pasará nada.
-Si te pasará.
-Que ánimos...
-Alex...
-Dejemos el tema, de todas formas no sé qué haré – le mentí, de hecho sabía perfectamente lo que iba a hacer.
-¿Cómo vamos a dejar el tema? Estás decidida a ir hacia tu propia muerte ¿Cómo quieres que lo deje?- dijo se levantó de la cama demasiado rápido, haciéndose daño- ¡Ah! ¡Dios!
-Nico...
-No, no pasa nada es que me siento impotente por no poder impedirte que vayas y no acompañarte.- estaba realmente mal, sus ojos se iban apagando conforme hablaba pero yo no podía dejar a Caly sola y tampoco provocarle un infarto a Nico. Me acerqué a él.
-Escucha, no iré, mañana por la mañana pediremos ayuda y la salvarán- intenté sonar lo más segura posible. Pero por si acaso me acerque aún más.
-No me mientas Alex.
-No te estoy mintiendo- le miré fijamente a los ojos y parecía haber cedido.

-Tu ganas.- me atrajo hacia él y me dio un fuerte abrazo.- no podría seguir viviendo si te pasa algo.

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